No a todo el mundo le gusta todo. Algunas personas (como yo, por ejemplo) no les gusta el sabor de algunos mariscos y simplemente lo evitan. Otros no son enormes en lo de verduras de hoja verde. Y luego están los que no les gusta el sabor de la carne.
Todo lo anterior está bien. Si te encuentras sin nutrientes, hay medios y formas de insertarlos en tu dieta. Las legumbres y el arroz combinados hacen maravillas, los huevos contienen el B12 crítico, el edamame tampoco es malo para ti y hace maravillas por tu “sensación de saciedad”. Para insertar un poco de carne en tu vida diaria, piensa en tocino. Lo sé, lo sé, el tocino es más una moda que un hecho, pero es sobre todo un producto animal que no sabe a ningún otro. Comience por verter un poco en una sartén a fuego medio-bajo, quite el tocino y haga una tortilla con la grasa del tocino. Ponga migas de tocino (el verdadero problema, no los “trozos de tocino” a base de soya) en su próximo emparedado de huevo o en su ensalada. Haga una sopa y deje un hamhock mientras lo hace, luego quítelo y déjelo a un lado. Los sabores serán sutiles y te permitirán adentrarte en el mundo de la carne sabrosa y sabrosa sin mucha presión.
El mayor problema con ser vegetariano es la asociación con personas con las que ninguna persona pensante debería asociarse. Aparte de eso, no es una mala dieta si sabes cómo llenar tus necesidades diarias de nutrientes. La próxima vez que salgas y alguien se meta en tu parrilla, diles que se sienten en el asta de la bandera y giren mientras comes lo que te gusta :). Yo, por supuesto, no dejaré que un vegano trastornado me diga qué comer, ¿por qué dejarías que alguien te haga lo mismo?