No importa CÓMO cocina los frijoles, siempre y cuando los revise con frecuencia para asegurarse de que no se hayan cocinado en exceso. Para estar absolutamente seguro de que no se cocinan demasiado, “golpea” los frijoles cocidos tirándolos en un baño de agua con hielo, lo que pondrá fin al proceso de cocción.
Además, la suavidad no proviene de la sobrecocción, sino más bien de la falta de condimentos. Intente agregar más sal la próxima vez que prepare los frijoles, y saléelos mientras están cocinando, no después.