Acabábamos de salir del Museo Conmemorativo de la Paz en Hiroshima. Si nunca has visitado el museo, te recomiendo que te prepares física y espiritualmente: es una insoportable gira de forcejeo hacia el oscuro pasado de la humanidad. El museo está imbuido en un silencio de iglesia, roto por el susurro ocasional o el grito de horror. La mayoría de la gente no se avergüenza de llorar. Se siente como si el lugar estuviera rodeado por un aura de apoyo comunal y autoconciencia colectiva.
De todos modos, teniendo todo un día por delante decidimos tratar de sacudirnos el pesado corazón con el que dejamos el museo, ¡así que fuimos a ramen!
Nos dirigimos directamente a Bakudan-ya Honten. Bakudan se traduce como bomba en inglés y lo más destacado es el ramen estilo Hiroshima, el picante Tsukemen. Puedes elegir qué nivel de picante deseas de cero a 20x (aunque pueden acomodar hasta 200x, y si lo haces, ingresas al salón de la fama de la tienda).
Desprecio la comida picante, por lo que fui por un mero 3x que, no sabía en ese momento, es en realidad para las personas que les gusta la comida picante. Para atenuar el sabor picante, decidí beber tanta cerveza como fuera posible, bebía y comía en un frenesí especiado que me emborrachaba.
Tenga la seguridad de que me olvidé del museo lo suficientemente pronto.
Como dijo una vez Alan Watts, ¡deberías estar fuera de ti al menos una vez al día!
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Cuadro por Mission Ramen!
