Si está cocinando en lugar de hornear, puede cambiar muchos ingredientes sin problema. Algunas de las cosas que quiere considerar son:
¿Qué tan líquido es el ingrediente? Si su receta necesita una cierta consistencia, como estofado, querrá mantener sus líquidos en la misma proporción que los sólidos como se expresa en la receta. Si la sustitución de líquidos es muy espesa, es posible que deba adelgazar un poco para lograr el mismo efecto.
¿Qué tipo de textura estás sustituyendo? Si está sustituyendo dos elementos texturizados muy diferentes, por ejemplo, berenjena por arroz, es posible que desee encontrar la forma de hacer que las texturas sean ligeramente más parecidas por forma o mediante un método de cocción diferente. Por ejemplo, sustituyendo la berenjena por arroz, cortaría muy bien la berenjena y la freiría hasta que se haya hecho, por lo que conservaba algo de solidez.
¿Qué sabores estás sustituyendo? Querrá asegurarse de que el sustituto funcione bien en su receta porque los sabores se funden. Si hay un choque de sabor, puede ajustar sus especias para dar cuenta de ello. Por ejemplo, creo que el estragón funciona bien con el pollo pero no le gusta el sabor con la carne. Si lo sustituyo en carne de res, podría usar tomillo en lugar de estragón porque el sabor es más complementario.
Hornear es una historia diferente porque muchos de los ingredientes crean una reacción química cuando los mezclas de cierta manera. Es importante seguir una receta exactamente al hornear. Si necesita sustituirlo, le recomiendo buscar la sustitución en Google, por ejemplo, google sustituye el cacao en polvo por chocolate o sustituye el polvo de hornear por bicarbonato de sodio para obtener las proporciones adecuadas y cualquier adición.