Eso depende mucho del tipo de comida y de lo lejos que va en preparación.
En un restaurante que hace la mayoría de las cosas frescas y ofrece platos elaborados, cincuenta coberturas podrían empujarlo, en un entorno donde casi todo está preparado con antelación, y todo lo que queda por hacer durante el servicio son los toques finales y el enchapado, 200 podrían ser bastante razonable…