He usado una pistola de calor eléctrica (comúnmente usada para pelar pintura, etc.) durante los últimos treinta años, inspirada en ver a mi tío, que era herrero, comenzar su hogar. Ahora uso un Looftlighter (http://www.garrettwade.com/looft…). Ambos funcionan muy rápido y limpiamente. El problema con las antorchas de propano o butano es que se calientan con productos de combustión gaseosa, que tiene muy poco oxígeno, si es que tiene alguno. Las pistolas de calor eléctricas (y los Looftlighters) tienen la ventaja de que proporcionan suficiente aire muy caliente (lo suficientemente caliente como para encender el carbón) sin agotamiento de oxígeno. Tan pronto como se enciende el primer carbón, el proceso se acelera, gracias al calor del carbón ardiendo. El inconveniente es que necesitan una fuente de alimentación, posiblemente a través de un cable de extensión de servicio pesado.
Cuando la energía no está disponible, utilizo uno de los arrancadores de chimenea.
