Todo está en tu contra.
El alcohol te deshidrata, lo que hace que anheles agua y comida salada.
El alcohol disminuye las inhibiciones.
Si sales por la noche, muy a menudo sales lo suficiente como para que tu estómago se vacíe y te provoque hambre.
Agregue a esto la prevalencia de comida sabrosa y salada en las áreas que bebe …