Este no es un ejemplo de una toxina que nuestros cuerpos normalmente acumulan. En cambio, es una condición genética que conduce a la acumulación tóxica de una sustancia normal, pero interesante, no obstante:
La enfermedad de Wilson es una afección autosómica recesiva, que da como resultado una acumulación excesiva de cobre en diversos tejidos. Este exceso de acumulación de cobre es tóxico para los tejidos y da lugar a una variedad de síntomas según el tejido afectado, siendo el hígado y el cerebro los más afectados. Curiosamente, un síntoma clásico de un paciente con Wilson es el anillo de Kayser-Fleischer:
Este anillo se debe a la deposición de cobre alrededor de la córnea del ojo.