El punto de ebullición de una sustancia es la temperatura a la cual la presión de vapor dentro de la sustancia es igual a la presión de su entorno. Que es, por cierto, por qué los puntos de ebullición cambian en función de la elevación y la presión atmosférica y por qué las ollas a presión funcionan de la manera en que lo hacen.
Agregar una sustancia no volátil a un líquido tiene el efecto de elevar el punto de ebullición por encima del líquido puro.
La fórmula para calcular la elevación del punto de ebullición de una solución es la siguiente:
Δ Tb = K b · m B
- donde delta Tb es Tb [solución] – Tb [puro]
- Kb es la llamada constante ebullioscopic. La constante ebullioscópica para el agua es 0.51
- y mB es la molaridad de la solución. Eso se puede calcular conociendo los iones en una solución.
Como el NaCl se disocia (en iones Na + y Cl- = 2) su factor van’t Hoff es 2. Al resolver en el cálculo este factor llegamos a esto:
Δ T = Kb · m · i
Kb es 0.51, m = moles soluto / kg solvente, i – van’t Hoff factor = 2.
Si toma esta fórmula simple y mira el agua de cocción con sal, llega a la información deseada. 1 mol de sal tiene que descomponerse en Na (22,9 g / mol) y Cl (35,5 g / mol), que rinde 59 g / mol (aproximadamente) para NaCl.
Es decir, curiosamente, más o menos precisamente lo que sugieren la mayoría de los libros de cocina: 1.7 cucharadas soperas por cuarto de galón o, para volver a carnicer números redondeando por doquier, 3.6 cucharadas por litro. ( http://convert-to.com/456/table- …)
Δ T = 0.51 · 1 (el agua es 1kg por litro) · 2
Δ T = 1.02
Lo que produce un aumento de 1 ° C por 3,6 cucharadas. Eso suena mucho y es químicamente perceptible, por supuesto, pero es insignificante en términos de aplicación culinaria.