Oh hombre. Hay tanto para elegir. Probablemente el que más me atrapó (aunque a veces no necesariamente el mejor consejo) fue:
Coma todo lo que cocine, incluso si le da ganas de vomitar.
Lo que esto me enseñó fue:
- No desperdicies comida.
- Para recordar física, mental y emocionalmente mis errores para que nunca los vuelva a hacer.
- Para disfrutar verdaderamente de cada mejora que haces en un plato o tu habilidad culinaria. Después de todo, todo tiene que ser mejor que la basura que te pone enfermo.
- Todos fallan Así es como aprendemos.