Esperarías que sea un anciano barbudo atrapado en una torre, pero la respuesta real es menos emocionante:
El vicepresidente de Wonton Food, el mayor productor de galletas de la fortuna del mundo, comenzó a escribir las fortunas en los años 80. Escribiría tres o cuatro al día entre sus otros deberes. Solo en los últimos años hizo la transición del trabajo a un escritor contratado.
Leer más aquí:
http://www.newyorker.com/archive…