Nuestra lengua tiene pequeños receptores que reconocen 4 cosas, dulces, agrias, amargas y saladas (algunos dicen que hay un quinto llamado unami o salado, no estoy tan seguro de esto).
El resto de lo que llamamos gusto es en realidad el olor. Afrontémoslo, nuestra nariz está justo encima de nuestra boca y en una posición privilegiada para oler todo lo que entra en ella.
Esta es la razón por la que la comida es tan desagradable e insípida cuando tienes un fuerte resfriado y tu nariz está abarrotada. Si pudieras bloquear completamente tu sentido del olfato por completo, probablemente no podrías distinguir la diferencia entre cebolla y manzana, aunque probablemente podrías notar la diferencia entre un limón y una naranja, ya que el limón es mucho más amargo. .
