volver a usar aceite de cocina y / o grasa es una práctica común, puede plantear algunos riesgos graves para la salud. El peligro más común al reciclar aceite de cocina es que se vuelve rancio o estropeado. Además de tener olores y sabores extraños, el aceite rancio puede contener radicales libres posiblemente carcinogénicos. Estas molestas moléculas son luego absorbidas por la comida frita e ingeridas por un comedor desafortunado.
Usar aceite fresco cada vez que cocina es la opción más saludable. Sin embargo, si esa no es una opción viable y debe reutilizarse, aquí hay algunos consejos útiles (y saludables):
- Cúbralo a través de unas pocas capas de gasa para atrapar cualquier partícula de comida antes de guardarla. Tenga cuidado con el aceite caliente, porque puede quemarse fácilmente.
- Sacude el exceso de masa de la comida antes de freírla.
- Use un buen termómetro para freír alimentos a un máximo de 375 ° F (o 190 ° C).
- Apague el fuego después de que termine de cocinar. Exponer el aceite a un calor prolongado acelera la ranciedad.
- No mezcle diferentes tipos de aceite.
- Almacene el aceite en un lugar fresco y oscuro.
- Evite las ollas o sartenes de hierro o cobre para freír aceite que se va a reutilizar. Estos metales también aceleran la ranciedad.
Aquí hay otro consejo sobre la seguridad del petróleo. El freír alimentos a una temperatura igual o superior a 375 ° F puede provocar la acumulación de 4-hidroxi-2-trans-nonenal (HNE) en el aceite. ¿Qué es eso, preguntas? HNE es una sustancia tóxica que se ha asociado con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular, aterosclerosis, niveles elevados de colesterol LDL (el colesterol “malo”), Alzheimer, Parkinson y diversas enfermedades hepáticas. Solo se necesita un uso para crear HNE en el aceite, y reutilizar el aceite a una temperatura demasiado alta puede provocar que se acumule aún más HNE.