¿Cuándo comenzó a hornear?

Editar: no 10 años. Esto fue en 2008.
Hace alrededor de 7 años.
Fui diseñador gráfico / ilustrador y de repente tuve ganas de cupcakes.
Como eso fue antes de la moda mundial de las magdalenas, no había ninguna en mi ciudad.

Así que encontré un sitio web, pedí un molde para magdalenas, salí y compré chocolate, harina y otras cosas … encontré una receta en línea y las hice.
Nunca había cocinado nada solo en mi vida, pero recordé hacer merengue y ayudar a mi abuela con sus pasteles, midiendo ingredientes y otras cosas.

Y salieron geniales.
Comí dos y le di el resto a mi familia y amigos (soy italiano, no pude hornear una docena, tuve que hornear tres veces porque somos hiperbólicos de esa manera) y todos se volvieron locos. El mejor amigo de toda la vida de mi madre (una cocinera maravillosa) me miró y dijo: “Nunca he tenido un pastel así, y he estado horneando toda la vida. ¿Puedes hornear una docena para el próximo sábado?” Así que esa fue mi primera orden.

Un par de meses más tarde me estaba ahogando en solicitudes y todavía estoy trabajando un trabajo de tiempo completo y haciendo traducciones trilingües los fines de semana.

Tenía que tomar una decisión.
Ya trabajaba más de 18 horas al día, por lo que agregar un curso de pastelería vespertino dos veces por semana no era mucho y pensé que me ayudaría a tomar una decisión, y aprender cosas nuevas para arrancar. Soy un fanático de nuevos conocimientos y desafíos.

Terminé el curso. Renuncie a mi trabajo.
Trabajé muy duro durante algunos años y al comienzo de 2011 hice las maletas y fui a Parma y obtuve un título en pastelería de ALMA – Scuola di Cucina.

Fueron los 10 meses más locos de mi vida. Terminé quinto en mi clase.
Luego conseguí un aprendizaje, luego otro, luego un trabajo, luego volví a Brasil cuando la crisis golpeó a Europa y ya no podía pagar mis cuentas, luego trabajé realmente duro por un par de años más, luego encontré un inversionista, luego abrí mi panadería.
Y el resto es historia.

… No, no lo es.
Tengo manchas de harina en los codos y chocolate en el cuello.
No lo haría de otra manera.