Por qué la temperatura de la mantequilla es importante
La temperatura es un factor clave en cómo se comporta la mantequilla dentro de una receta y cómo se mezcla con otros ingredientes en una masa o masa. En raras ocasiones, una receta incluye mantequilla sin tener en cuenta si debe estar fría, frotada a temperatura ambiente o incluso derretida.
Con la mantequilla ablandada, la grasa se puede mezclar fácilmente con azúcar o se puede usar para recubrir partículas de harina. Esto crea una distribución más uniforme de la grasa en toda la masa o masa, produciendo un producto final tierno. Al igual que el uso de huevos a temperatura ambiente, la mantequilla a temperatura ambiente crea una masa más homogénea y evita que la crema de mantequilla se “rompa” (más sobre esto mañana).
La mantequilla suavizada aún debería estar fría, pero maleable. Debería ser capaz de mantener su forma y ser lo suficientemente firme como para que, si presionas con el dedo, la impresión sea limpia. No debe ser blando, grasoso o estar derretido. La mantequilla demasiado caliente o derretida pierde su capacidad de crema y retiene el aire cuando se bate.

En la mayoría de las cocinas, tomará de 30 a 60 minutos para ablandar la mantequilla a temperatura ambiente. ¿Olvidó quitar su mantequilla de la nevera? ¿Necesita acelerar las cosas? Intente cortar la mantequilla en trozos más pequeños, rallarla cuidadosamente con un rallador de cajas, golpearla con un rodillo o utilizar el calor indirecto de una caldera doble (¡asegurándose de que no se derrita!).
La mantequilla muy fría se usa en recetas en las que no se desea que la mantequilla se combine con el resto de los ingredientes; quieres que se mantenga cohesivo La masa de pastel, la pasta de hojaldre, los bizcochos y los bollos por lo general requieren mantequilla muy fría para que permanezca intacta y no incorporada, lo que conduce a distintas capas en los productos horneados terminados.

¿Por qué capas? Como se mencionó anteriormente, la mantequilla crea vapor cuando se derrite en un horno caliente, y en los pasteles donde se usa mantequilla fría, el vapor de la mantequilla que se derrite se expande entre las capas de masa. Esto crea bolsas de aire, produciendo un producto final escamoso. (Sugerencia rápida: intente rallar mantequilla congelada en galletas o masa de pastel para distribuir fácilmente la mantequilla sin sobrecargarla y, a su vez, suavizarla y calentarla).