¿Hay alguna receta de platos italianos o bebidas que se hayan mantenido casi sin cambios desde la época romana?

Hay algunos, pero son muy pocos. La principal diferencia es que no tenemos los mismos ingredientes que usaron los romanos. Desde la época romana, hemos importado varias verduras e incluso carnes: los romanos no tenían pavo, tomates o papas (de las Américas), pero tampoco tenían calabacín, albaricoque ni berenjena (estos fueron introducidos por Los Árabes). Uno de los alimentos más comunes en la época romana fue el puls, que es muy parecido a la polenta moderna, pero la polenta moderna está hecha con harina de maíz, mientras que el puls fue mae con otros cereales. Otro ejemplo son lagane, un fino pan plano que se cortaba en tiras y se hervía después de hornear en una plancha y finalmente se adornaba con diferentes salsas, más comúnmente con garbanzos. Los Testaroli son, conceptualmente, muy similares al pan plano que se cortan en bandejas y se hierven, pero estos se sirven con pesto, no con garbanzos. Probablemente lo más relevante que heredamos de los romanos es la colatura di alici, una salsa delgada a base de pescado que deriva del garum romano.

¡Libum! Una especie de pan de queso preparado para bodas y como una oferta de ceremonias religiosas descritas por Cato en De Agricoltura. Hoy se llama “Pizza di Pasqua” (Pizza de Pascua) y en algunas partes del centro de Italia, se hornea por adelantado para ser comido, lo adivinaste, en la mañana de Pascua.