Realmente es todo lo contrario que es verdad.
En general, a medida que las personas envejecen, su sentido del gusto tiende a “desvanecerse”. Las cosas simplemente no saben tan bien como antes. Décadas de, algunas veces, fumar, harán que esto sea más pronunciado.
Si consideramos que a medida que envejecemos nuestro sentido del gusto se vuelve más débil, o menos fuerte, o menos sensible, dependiendo de la elección de las palabras, entonces tendría sentido que esas personas tienden a favorecer a los alimentos más condimentados o con más sabor.
O lo contrario de su pregunta: las personas con un sentido del gusto más fuerte o más sensible no “necesitarían” sabores más fuertes o más picantes, mientras que las personas con un sentido del gusto más débil o menos fuerte gravitarían hacia sabores más intensos.
¡Espero que tenga sentido y sea útil!