Toma tu pizza fría de ayer. Ahora enciende una sartén. Ahora ponga la pizza en la sartén, con la parte superior hacia abajo. Cuando llegues al punto en el que te arriesgues a perder cubiertas, voltéalas. Después de que esté crujiente como lo desee, retírelo de la sartén. Entonces cómelo.
Mejor que fresco.