La comida es una de las necesidades básicas de la vida, necesaria para simplemente existir. El hambre puede deberse a dos razones: la autonegación de los alimentos (como, por ejemplo, el ayuno) o la falta de acceso a ellos.
El cuerpo comienza a luchar por la supervivencia en ausencia de alimentos, y los primeros pensamientos de una persona se desviarán hacia lo meramente existente. Todo lo demás se vuelve secundario.
Y si la comida es una pelea diaria, como puede ser para las personas que viven por debajo del nivel de subsistencia en la pobreza extrema, todos los pensamientos de dignidad o cortesía desaparecen.
Un caso bien publicitado es el de un equipo de fútbol cuyo avión se estrelló en lo alto de los Andes. Comenzaron a morir a causa del frío y el hambre. Los que no lo hicieron, comieron la carne de los muertos. Suena bruto? Se trataba de existir o dejar de hacerlo. Aquellos que fueron evacuados narraron la historia al mundo, y la gente entendió su difícil situación. Las familias de aquellos cuyos cadáveres fueron comidos hicieron lo mismo. Dijeron que los sobrevivientes no habían pecado, y por lo tanto no tenían que pedir perdón.
