La técnica
La parte más difícil de elaborar la dosa perfecta es verter la mezcla en su sartén o tava antiadherente. Asegúrese de que la sartén esté caliente antes de comenzar. Un simple truco para saber si la tava es lo suficientemente caliente es rociar un poco de agua. Si el tava chisporrotea y el agua se absorbe rápidamente, es una clara indicación de que el tava está listo. Es una buena idea sacar la mezcla del refrigerador por lo menos 15 minutos antes de preparar su dosa. Tome solo la cantidad deseada y agregue una pequeña cantidad de agua si desea que su dosa sea ligeramente crujiente y más delgada. Podría humedecer la sartén con una pequeña cantidad de aceite antes de comenzar. He visto a algunas personas usar media cebolla para untar uniformemente el aceite en una sartén caliente.
Comience en el centro mismo de la sartén y extiéndalo en un movimiento circular (¡casi como el movimiento de retroceso en viejas películas de Bollywood!). Use un cucharón de salsa (lo que usaría para servir dal o rasam) para extender la mezcla. Puede agregar una pizca de ghee o aceite (el aceite de gingelly funciona bien) alrededor de la dosa si lo desea más fresco. Necesitas saber exactamente cuándo voltear la dosa antes de que se adhiera a tu sartén. Espere a que los lados y el centro se tornen dorados antes de voltearlos. ¡Aquí es donde generalmente lucho! Si te gustan tus dosas gruesas y blandas, no necesitas diluir la mezcla y también puedes cocinar solo un lado siempre que cubras la olla con una tapa. Para una dosa ultra crujiente, agregue un poco más de aceite y cocínelo a fuego lento durante un período más prolongado hasta que se dore y luego voltéelo.