¡Esta no es tu imaginación! ¡Todos disfrutamos cuando llega una entrega sorpresa de donuts al trabajo!
La comida es una necesidad primitiva y primaria de organismos vivos. Por lo tanto, es la recompensa y el motivador más poderoso de la conducta. Las señales de alimentos en el cerebro gobiernan fuertes conexiones de estímulo-recompensa que se ubican en la parte primitiva (la evolución más antigua) de la parte trasera. La activación de estas áreas asegura que la “recompensa” de los alimentos sea FUERTE y valga la pena todos los riesgos para obtener nuestra parte justa: empujar y empujar, robar, gruñir, o la jardinería más civilizada, ir de compras, cocinar, etc.
¡Piense en su patio trasero como una ardilla arriesgando su vida y su extremidad para recoger un bocado de su comedero para pájaros a prueba de ardillas!
Ahora, imagina recibir comida sin ningún riesgo o esfuerzo. Vaya, activará el circuito de “alegría” instantáneamente haciendo que la experiencia, los sabores y las conexiones sociales sean un evento destacado. Viniendo de un amigo o ser querido, un obsequio de comida evoca nuestra comodidad más temprana al ser alimentados por nuestros padres (S). Esta “memoria” primitiva siempre mejorará la experiencia emocional de la comida compartida.
Nuestros antiguos antepasados sabían que la comida era la mejor ofrenda como señal de saludo y paz.
¡Así que traiga los donuts, las pizzas y la repostería!