Todos tenemos diferentes gustos dependiendo de muchos factores.
Un artículo reciente en The Washington Post presentó las cinco influencias sobre cómo las personas prueban la comida.
1. Genética: las personas experimentan los sabores amargos de forma diferente, ya que la combinación de los genes del receptor amargo varía para cada persona. Y casi todo el mundo no tiene la capacidad de detectar al menos un aroma, lo que significa que el químico que le da a las trufas su olor distintivo puede atacarlo como ofensivo o terrenal. O quizás estés entre el 25% que no puede olerlo en absoluto.
2. Experiencia: ¿Sabía que los bebés están predispuestos a agradar los alimentos que sus madres comieron mientras estaban embarazadas y más tarde durante la lactancia?
3. Cultura: a muchas personas no les gustan los alimentos extremadamente amargos o picantes la primera vez que los prueban, pero pueden llegar a tolerarlos e incluso anhelarlos con la exposición repetida y al estar cerca de personas que disfrutan de estos alimentos.
4. Género: Las mujeres son más propensas a antojar dulces y los hombres son más propensos a anhelar alimentos salados. Esto no debería ser una sorpresa si alguna vez has visto un anuncio de chocolate.
5. Textura: aunque la ciencia todavía no puede explicar por qué, algunas personas simplemente odian los alimentos arenosos, viscosos o cremosos, sin importar su sabor.