Cuando cortas una cebolla, rompes las paredes de las celdas. Dentro de esas células hay una enzima llamada “aliinase” que descompone los aminoácidos de la cebolla. Entre otros ácidos (los llamados “ácidos sulfénicos” se llama ácido 1-propenesulfénico que reacciona con otra sustancia, LFS, para crear un gas que ataca las neuronas sensoriales en el pasaje nasal y las cuencas oculares.
El mayor enemigo de este gas es el agua. Correr agua sobre la cebolla mientras la corta es una buena manera de detener el gas, pero también una excelente manera de crear un peligro y cortar los dedos después de resbalar.
Hacer funcionar su respiradero o capucha es otra forma de absorber ese gas lejos de usted.
Tener un cuchillo muy afilado es un gran primer paso, menos lagrimeo, menos gas. De hecho, hay un dicho en las cocinas que dice “olvídate de afilar por la noche, llora por la mañana”.
Por último, hiperventile levemente antes de comenzar (es lo que hacen los policías cuando se topan con gases lacrimógenos, otro ácido lacrimático) y debe experimentar cantidades mucho más bajas de irritación. Combínalo con un cuchillo afilado y una capucha para correr, y estarás bien.