Desafortunadamente, son los autoritarios hambrientos de poder quienes gobiernan el mundo, ¿por qué? Porque ellos son los que quieren.
Véanlo desde la perspectiva del Supervisor C, se van a casa frustrados porque cada vez que le dice a A que haga algo, A empieza a pensar en qué piensa realmente que deberíamos hacer esto en su lugar.
Cristo piensa que el Supervisor C, yo estoy a cargo, ¡solo hazlo! ¡Este trabajo lleva 3 veces más tiempo porque la gente siempre cuestiona mi autoridad! El Supervisor C se harta del constante cuestionamiento de sus órdenes y se amarga, esperando ser criticado todo el tiempo que camina como Hitler frunciendo el ceño y siendo irrazonable.
Hay dos aspectos que quiero mencionar:
- La persona A no es un supervisor, quizás no conocen todos los hechos, quizás deberían confiar en el supervisor C. Si C dice que algo está bien, puede ser solo por una buena razón y que no necesita explicarte y todos los demás
- El supervisor C debe tener fe en su equipo, que si la persona C dice que lo que A ha pedido no es seguro, entonces debería decir que está bien. O tal vez incluso dejarlo seguir con el trabajo y dejar de micro administrar.
Si eres un A o un C, intenta mirarlo desde el otro lado, todo lo que debes hacer es aceptar que su jefe es su jefe y hacer lo que se les pide, y todas las C deben tener fe en su equipo.