¿Cuáles son algunos de tus rituales favoritos de la mesa de la cena de la vieja escuela para aprovechar al máximo el tiempo de la familia?

Feliz de ver que todavía hay personas haciendo un esfuerzo activamente para disfrutar el tiempo en familia.

La gratitud se refiere específicamente a algo por lo que cada miembro está agradecido. Pero no en un cursi, “estoy agradecido por bla, bla, bla”. Más bien, hable sobre lo que está sucediendo en la vida (personal o profesional) y expresamente aborde la gratitud hacia algo que sucede en la vida. Enseña a los jóvenes la importancia de la gratitud y evita que la cena se refiera a las cosas negativas que ocurren día a día.

Esto puede estar un poco fuera de contexto (ya que no es un ritual de mesa), pero preparar la comida juntos fue algo que siempre vinculó a nuestra familia: ayuda a que mi papá sea un chef, pero no obstante me hizo apreciar cada comida y el trabajo que entraría en ello, en lugar de solo comerse la comida en la mesa. Beneficio adicional: posibilidad de cocinar muchas comidas deliciosas 🙂

En general, cuando la familia hace un esfuerzo para preparar la comida y la mesa, ofrece más tiempo para conversar y se quita parte del trabajo a los padres que ya pasaron un día lo suficientemente largo.

Tenemos dos rituales. El primero es simplemente oración. No suele ser complejo, sino una simple unión de manos para lo que era la oración de la mesa común. Ocasionalmente, uno de los deseos de la familia dice algo más, se dice.

El segundo es lo que mentalmente llamo las fauces de la vida. Por lo general, comienza con preguntarle a los mayores si sucedió algo interesante en el día. La respuesta típica es un gruñido o no. Entonces salen las “fauces de la vida”. ¿Pasó algo aburrido hoy? ¿Dijiste que cualquier cosa es clase? Dime lo que estudiaste. ¿Qué pensaste sobre ese tema? Finalmente, el niño habla sobre su vida ese día. Tenemos tres, así que lo mismo ocurre a menudo con el segundo. Para cuando llegas al tercero es un poco de un juego. Pero en la mayoría de las noches eventualmente se conversa sobre la mesa y se entera de lo que está sucediendo en la vida de los niños.

Además de decir Gracia y asignar diferentes tareas de configuración, no tenemos nada que decir que constituya un ritual. Sin embargo, tenemos algunas reglas establecidas con el objetivo de facilitar el compromiso:

  • TV apagada
  • No hay “juguetes” en la mesa. Esto abarca cualquier cosa, desde juguetes literales hasta artículos electrónicos de cualquier tipo e incluso cosas pequeñas como, por ejemplo, una banda de goma que estás rompiendo entre tus dedos.
  • No comenzamos a comer hasta que finalmente todos estemos sentados.
  • No se levante para contestar el teléfono, cualquier teléfono, a menos que sea un asunto urgente aprobado previamente anunciado.
  • La conversación tiene que ser exhaustiva, y no limitarse solo a los intereses de un nicho (ejemplo: “no discusiones de superhéroes”, ya que a los niños solo les interesan ese tipo de cosas).
  • Los niños tienen que pedir disculpas antes de irse de la mesa.

Es mi esperanza que con la costumbre, mis hijos vean el valor en este ligero nivel de formalidad y lo lleven a sus próximas vidas familiares.