Erik y Joshua tienen toda la razón. El poder judicial debe ser, y debe PERCIBERSE, completamente independiente de los poderes ejecutivo y legislativo. No debe haber ni una pizca de posible influencia indebida o quid pro quo.
Si alguien descubriera que incluso un solo miembro de la Corte Suprema se reunió en privado con un presidente en funciones, las noticias estarían por todas partes, y no de una manera amable, como lo haría el partido de oposición, mientras que el propio partido del presidente correrá y esconderse para cubrirse
Por eso, durante los discursos del Estado de la Unión, donde el Tribunal Supremo está sentado en la primera fila del congreso, nunca se ve que reaccionen de ninguna manera al discurso en sí o a cualquier reacción (aplausos, burlas, lo que sea), excepto en el muy rara ocasión cuando se trata de una muestra de apoyo totalmente neutral y no partidaria para todo el país, como reconocer un bicentenario o algo así.