Nada “hará” que te relajes. Sin embargo, pueden ayudarte a relajarte.
Ciertas cosas como bebidas calientes, lavanda y alimentos reconfortantes son intrínsecamente relajantes.
Pero también hay cosas que son relajantes porque los asocias con la relajación. ¿Qué te recuerda un momento en que estás relajado? ¿La playa? ¿El bosque? ¿La cerveza que tomas de vacaciones? Encuentre algo que desencadene su relajación personal.