En mi opinión, es enteramente su decisión de negocio a quién le da regalos y a quién no, y por qué motivos. (Como una disculpa a una niña que recibió la comida equivocada y para sus amigos que estaban con ella.) No tiene ninguna objeción, legal o moralmente, para permitir que un grupo más grande se rinda.
Los padres recibieron seis helados por el precio de tres, que es un buen negocio. Nadie los forzó, igual podrían haber tomado los tres helados gratis y decir gracias y adiós.
Sería diferente si hubiera indicios de que trata a los clientes de manera diferente en función de su raza o sexo, pero no puedo ver ninguno.