El alcohol (etanol) por sí solo no tiene (o tiene muy poco olor). En concentraciones fuertes tendrá una sensación en la nariz ya que el alcohol es muy deshidratante (tiende a absorber el agua) por lo que secará un poco la membrana de la nariz. El alcohol en sí mismo tampoco tiene sabor. Pero en concentraciones fuertes producirá una sensación de “ardor” en la boca debido a sus propiedades deshidratantes.
Los olores en las bebidas alcohólicas provienen de cualquier otra cosa incluida. Los vinos obtendrán olores de las uvas y los procesos (es decir, madera de barriles). Los vinos de fruta pueden oler a la fruta utilizada (fresas, frambuesas, etc.) La cerveza puede tener olor a grano o lúpulo que se usa en el proceso. La ginebra y las bebidas con ginebra en ellas huelen las bayas que se agregan en el proceso de elaboración.