Los hago de ambas maneras. La pizza más gruesa, que yo llamo una tarta siciliana, es más como comer un bocadillo abierto, mientras que la corteza delgada es más como comer una pizza napolitana. Ambos son deliciosos.
Nunca agrego nada más que salsa, mozzarella en rodajas, sal, pimienta, aceite de oliva y tal vez albahaca fresca, mientras que en la tarta más gruesa agrego cualquier cosa y todo menos el fregadero de la cocina.