El sello de un matrimonio y una relación próspera es la cooperación y la comunicación. Trabajar juntos para lograr la vida crea un ambiente en el que una pareja se respeta, hace cosas y crece. Limitar lo que cada uno hace basado en una lista de deberes o reglas o suposiciones, no crea ese ambiente próspero.
Como esposa y madre, el “correr” de la casa recayó sobre mis hombros, porque lo disfruté, supe lo que se necesitaba hacer y trabajamos juntos como familia.
Además, es importante tener en cuenta la época de la vida de la familia. Como madre de niños mayores, volví al trabajo y actualmente estoy en esta misma época de la vida de la que usted habla. Mi esposo trabaja desde casa, así que lava todos los platos, aspira y hace la mayor parte del mantenimiento del hogar. Yo hago la cocina y la lavandería. Aprecio su disposición para intervenir y hacer cualquier cosa y todo lo que pueda para aligerar mi carga, permitiéndome hacer las cosas en el hogar que realmente me gusta hacer.
Si se encuentra en esta situación, hable con su cónyuge, busque un terreno común y divida la lista de tareas para que pueda crecer en su relación y no poner barreras.