Hubo varias investigaciones que muestran cómo las personas son más atraídas a comer más cuando y después de mirar segmentos (o anuncios) relacionados con la comida en la televisión. Una de las investigaciones que experimentó con la noción descubrió que los niños que veían caricaturas que tenían varios anuncios relacionados con los alimentos comerían un 45% más que los niños a los que se les mostraron caricaturas sin anuncios relacionados con los alimentos, durante y después del experimento [ 1]. Los resultados mostraron la misma tendencia en los adultos, especialmente cuando se les mostraron programas relacionados con los alimentos que hablaban sobre los alimentos de manera prolongada.
El artículo de investigación mencionado supuso la hipótesis de que los anuncios o programas relacionados con los alimentos habrían “preparado” el cerebro de las personas expuestas. Por lo tanto, tendrían una mayor tendencia a consumir alimentos durante o después de la exposición.
Otro hecho que podría entrar en juego sería el rasgo evolutivo de los humanos que buscarían grasa, azúcar y sal. Estas tres cosas habrían sido raras en la naturaleza, pero fuimos programados para buscarlas para nuestras propias necesidades metabólicas [2]. La grasa y el azúcar producirían una mayor cantidad de calorías que necesitaríamos para las actividades. La sal también sería esencial para mantener la presión osmótica dentro de nuestras células corporales que se puede haber perdido debido a la sudoración. En aquel entonces, nuestros antiguos antepasados no podían darse el lujo de ir a McDonalds en busca de una rápida hamburguesa con queso y coca cola en el camino al trabajo. En su lugar, tendrían que buscar comida para alimentarse, que incluso podría no contener la nutrición esencial que se necesitaba. Por lo tanto, nuestro cerebro evolucionó hasta tomarle gusto a las tres cosas mencionadas anteriormente como una medida de supervivencia.
Esto explicaría por qué estaríamos más tentados al ver un bistec jugoso cortado en rodajas, una dulce y rica torta de caramelo, y un refrescante jugo de naranja pulposo que se vierte en un vaso en lugar de ver un brócoli tupido o una cabeza de lechuga verde crujiente rebanado.
¿Cual preferirías?

¿Esta?

¿O esto?
Referencias
- Jennifer L. Harris, John A. Bargh, y Kelly D. Brownell. (2009). Efectos primarios de la publicidad televisiva de alimentos sobre el comportamiento alimentario . Health Psychol. 2009 Jul; 28 (4): 404-413.
- Paul AS Breslin. (2013). Una perspectiva evolutiva sobre la comida y la actividad humana . Current Biology, vol. 23 (9): 409-418. https://doi.org/10.1016/j.cub.20 ….
Notas a pie de página
[1] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc …
[2] Una perspectiva evolutiva sobre la comida y el gusto humano