Sí.
Es una cosa de biología. Cuando toma una bebida caliente, su cuerpo decide que está caliente y comienza a enfriarse, especialmente si también está caliente a su alrededor. Lo mismo ocurre cuando, por ejemplo, comes helado en invierno y de repente empiezas a sentir un poco más de calor.
Nuestros cuerpos son realmente fascinantes. Casi parece que son más inteligentes que nuestros cerebros a veces.