Si por “pastel” te refieres a una panadería que rechaza el servicio a una pareja gay, tomo una postura pro-elección, si quieres.
Claro, las leyes podrían cambiar para requerir que una panadería brinde servicios de catering obligatorios a la boda de una pareja gay, pero se mostraría en la calidad. Para mí, los pasteles tienen un componente artístico que debe expresarse con sinceridad, nunca forzado.
La mía es una de las miles de opiniones, pero recomiendo encontrar un panadero (y) que no sea discriminatorio y no tenga sentido participar en pequeñas guerras religiosas. Es una pérdida de tiempo, prefiero hornear.